El domingo pasado tuvo lugar el primer debate entre los tres candidatos a la jefatura de la Ciudad de México, en el que se destacaron diez momentos significativos protagonizados por los políticos capitalinos.
En primer lugar, se observaron tres momentos donde se plantearon propuestas sin suficiente sustento ni explicaciones. Clara Brugada, candidata por Morena, propuso un sistema público de cuidados sin especificar el financiamiento necesario. Santiago Taboada, candidato por PRI, PAN y PRD, ofreció mejoras en las escuelas y garantizar el abasto de agua sin abordar cómo resolvería la escasez hídrica. Salomón Chertorivski propuso extensiones de líneas del metro sin detallar la obtención de fondos para financiar los proyectos de movilidad.
En segundo lugar, se destacaron las preguntas ignoradas, donde cada candidato optó por criticar a sus oponentes en lugar de responder a los cuestionamientos de los conductores. Brugada evadió una pregunta sobre la reducción de la pobreza, prefiriendo atacar al candidato del PAN. Taboada acusó a Brugada de corrupción en lugar de responder sobre el desabasto de agua en Iztapalapa. Chertorivski no abordó el porcentaje de pobreza que podría reducir en su gestión.
En tercer lugar, se registraron acusaciones no debatidas ni desmentidas, principalmente dirigidas a Taboada y Brugada. Taboada acusó a Brugada de adquirir un inmueble sin declararlo, mientras Brugada acusó a Taboada de respaldar al "cartel inmobiliario".
Finalmente, se destacaron dos momentos clave más. Brugada mencionó que la Ciudad de México sería la "ciudad de las clases medias", una declaración que podría contradecir la ideología del presidente López Obrador. Chertorivski sacó palomitas para "disfrutar" de los ataques entre los candidatos de Morena y el PAN.
Los tres candidatos se autodeclararon "ganadores" del debate y compartieron puntos clave de su participación en redes sociales. El evento fue organizado por el Instituto Electoral de Ciudad de México (IECM) y fue conducido por Blanca Becerril y Víctor Hugo Michel.