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Cárceles de CDMX enfrentan sobrepoblación; algunos reclusorios superan el 140% de su capacidad

17 de septiembre del 2025

El ingreso constante de nuevos internos, sin una expansión equivalente de la infraestructura, ha generado hacinamiento


La sobrepoblación en los centros penitenciarios de la Ciudad de México continúa agravándose. Datos recientes indican que varios reclusorios operan muy por encima de su capacidad, principalmente debido a la prisión preventiva oficiosa y al endurecimiento de penas para diversos delitos.


De acuerdo con la Subsecretaría del Sistema Penitenciario de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), al finalizar 2023 había 25 mil 216 personas privadas de la libertad en la capital. Para mayo de este año, la cifra aumentó a 26 mil 407 internos, lo que evidencia una tendencia sostenida.


El mayor nivel de sobrepoblación se presenta en la Penitenciaría de la Ciudad de México, que alberga a 3 mil 690 personas, pese a tener una capacidad para 2 mil 614. Esto equivale a un 141.16% de ocupación.


Situación similar ocurre en el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, en la alcaldía Iztapalapa, donde se reportan 8 mil 03 internos en un espacio diseñado para 5 mil 931, lo que representa una ocupación del 134.94%.


En tanto, el Reclusorio Preventivo Varonil Norte, ubicado en Gustavo A. Madero, tiene 6 mil 595 personas internas, apenas por encima de su capacidad de 6 mil 519, alcanzando el 101.17%.


El Reclusorio Sur y otros centros de reinserción, tanto femeniles como para adolescentes, operan también cerca de su capacidad máxima, lo que ha generado preocupación por las condiciones de alojamiento y seguridad dentro de los penales.


Principales causas: prisión preventiva y castigos más severos


Especialistas atribuyen el incremento de la población penitenciaria a políticas como la prisión preventiva oficiosa, que obliga a encarcelar de forma automática a personas acusadas de ciertos delitos, aún sin sentencia. Además, el aumento en las penas por delitos como huachicoleo, secuestro y extorsión ha contribuido al crecimiento de la población reclusa.


El ingreso constante de nuevos internos, sin una expansión equivalente de la infraestructura, ha generado hacinamiento, particularmente en los penales ubicados al oriente de la capital.

Según datos del INEGI, la mayor parte de la población penitenciaria en la Ciudad de México está compuesta por personas de entre 25 y 29 años, que representan más del 20% del total. Le siguen los internos de entre 30 y 35 años, con casi el 19%.


A pesar de la situación, hasta el momento no se han anunciado medidas concretas para reducir el hacinamiento o para reformar los procesos judiciales que derivan en el encarcelamiento masivo. 


Organizaciones civiles y expertos han reiterado la necesidad de revisar el uso de la prisión preventiva y explorar mecanismos alternativos a la prisión, especialmente en casos no violentos.